miércoles, 21 de septiembre de 2016

“Lo que queda después, de unas copas de vino añejo, y unas pantaletas rotas”


-. “Miro a mi lado y estás tú…tu piel canela y sudada. Tu trasero perfecto…en un perfecto ángulo para mirarlo…desearlo.

 

Reposas?

Duermes?

Finges?

 

Muerdo tu hombro y siento el salado de tu sudor, gimes despacio, pero no abres los ojos. Parece que no finges…

Miro al velador del costado, ahí yace muerta una botella de vino tinto…una copa en el suelo y la otra a medio acabar, esa debe ser la tuya, no te gusta mucho el vino…nuestras ropas, adornan la alfombra del piso, tus caderas enormes, adorna las sabanas de esta cama, aún húmeda.

Unas velas aroma vainilla, casi por consumirse, iluminan tenue la alcoba; pero el aroma a sexo es superior, al aroma de las velas. Las compraste tu misma, en esa feria artesanal que tanto te gusta ir. Donde fue la primera vez, que vi tu trasero y me enamoré de él…antes de fijarme en ti. Lo sabes bien, me conoces, jamás voy a mentirte que esto es solo carne y arrebato. Pero es intenso y verdadero, sabes que no miento, sabes cómo te deseo!

 

Reposas?

Duermes?

Finges?

 


Me levanto, a seguir examinando lo que queda. Unas colillas de cigarro en el cenicero, odio que fumes!, pero te ves sexy y libre al hacerlo. Te gusta echar el humo sucio en mi pene, antes de lamerlo de arriba abajo. Es tu fetiche, te dejo hacerlo solo porque te provoca placer.

 

Miro toda la habitación. Del jacuzzi aún brota el agua y la espuma, por el piso. Tus sostenes, colgando de la lámpara del techo, tus medias lejos de la cama húmeda.

En el equipo musical aún suena suave, SADE grandes éxitos. Sonrío irónico, porque encuentro el colmo de cliché, escuchar a SADE en un motel, roza lo cursi. Pero en el fondo me gusta, es como estar en una película porno, me pone cachondo y a ti también. Me gusta montarte, al ritmo de la canción Ordinary Love. No te espantes mujer!, siempre te ocultaré mi lado cursi.

En el suelo, está a medio vaciar una botella con aceite/lubricante, olor rosa mosqueta, comprado en un sex-shop de Plaza de Armas…fuimos juntos, hace unas horas atrás.

De pronto miro…algo llama mi atención…tus pantaletas en el piso, me agacho y las recojo…están rotas…en mi arrebato desesperado por quitártelas, las rompí…le quedan tan bien a ese trasero tuyo!! …ay dios mío…!

Miro el diseño de los encajes, su tela negra se ve tan sexy sobre ti…empiezo a olerlas…y a olerlas…huele a ti…huele a vagina libre, huele a sueños cálidos y a promesas no cumplidas. Huele a noches de asfixia y a que más de una vez, te masturbaste pensando en mí.

Huele a bohemia y huele a mentiras…huele a días de Otoño y a viejas caminatas, por el Parque Forestal conmigo, cuando éramos jóvenes, te acuerdas?. Huele a esos columpios, donde estuvimos por las tardes, huele a café para llevar y a cigarros…huele a ti…pero también huele a mi…aún estoy en tus recuerdos? Me olvidaste alguna vez?

 

…Huele a ti..huele a mi…huele a nosotros…

 

Reposas?

Duermes?

Finges?

 

…me excita tanto tu aroma, reposando en las pantaletas, no lo soporto más, me acerco a ti…aún dormida…abro tu entrepierna y comienzo a pasarte mi lengua de arriba abajo, con fuerza…estoy tan caliente!, que con mis manos aprieto tus muslos…y extraigo de ti hasta la última gota.

 

…DESESPERO…

 

Te despiertas gimiendo, y me tomas de la nuca con tus manos, presionas mis labios sobre ti…casi no me dejas respirar…quieres que siga lamiendo…que no pare…que te lama hasta el alma.

Te vienes…

Sé que te vienes…porque conozco tus gemidos, y como vibra tu cuerpo.

De tu entrepierna, no para de brotar, tu fuente líquida de placer…ayudada por mi lengua sucia…y mis labios pecaminosos que te besan, sin parar…sin darte descanso…sin dar tregua.

 

Te relajas, suspiras…aún tiemblas y dices despacio mi nombre, entre un vaivén de emociones clandestinas…y pese a todo, aún recuerdas mi nombre.

 

Me despego de a poco de ti, te dejo descansar un rato, para luego tomarte de nuevo y sin permiso.

Miro a mi alrededor, para ver lo que queda, después de unas copas de vino añejo y tus pantaletas rotas…

 

…ya no queda nada más, no queda nada más que mirar, ni analizar ni mirar. Solo quedamos tu y yo, en la habitación…nada más.

 

Me acerco al ventanal, a mirar la ciudad y sus contornos, mientras te dejo descansar, solo un rato…ya pronto me encenderé de nuevo, con tan solo mirar tu cuerpo, o con oler tus pantaletas rotas.

 

 


 

 

 

Giro y te miro, adormecida en la cama, y te pregunto en silencio ¿hasta cuando estarás dispuesta, a seguir  tomada de mi mano, en este paseo inmoral?”
 
Escrito por: el gato nocturno
Ordinary Love - Sade